la Kleñito y yo

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kijiau!

felices fiestas!

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¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!

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Disfruten con sus familias este lindo tiempo :)

happy halloween

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Gatitos negros y brujas en una noche especial

martes, 21 de diciembre de 2010

Dia 6


Mañana:
Hoy me he dedicado a hacer figuritas. Me tomó bastante tiempo hacer una de un... hombre?
Si, creo que podría llamarlo así. Además tengo otra que es casi igual pero con algunos detalles distintos. Estaba probando y quedó así, es entretenido y le da variedad... acabo de decidir que es una mujer.

Estoy pensando en hacer más, pero son mucho trabajo. Tanto detalle y además nunca me van a quedar igual.

Tarde:
Hace un rato que el hombre y la mujer están listos, no tienen mucho que hacer. Creo que se aburren; traté de hacer otro, pero como lo pensaba, no me quedó igual y me acabo de dar cuenta de que es mucho mas pequeño que los otros dos. No sé que hacer con él, no quiero desarmarlo porque, debo admitirlo, me gusta. Es extraño, como un mini hombre, me provoca ternura. Quisiera tener más.
Como ya dije, es muy difícil hacer más de uno y que sean parecidos al primero. Toma mucho tiempo lograr que queden como quiero.
Se me ocurre que podría hacer algún sistema para tener más sin que yo me involucre demasiado.

Noche:
Finalmente puse al mini en un lugar donde sabía que ellos lo encontrarían y qué creen. Se han quedado más encantados que yo. Lo llaman bebé.
Es extraño, pero cuando estaban aquí conmigo permanecían estáticos, eternamente iguales. Pero allá tienen mínimos y casi imperceptibles cambios a cada segundo. Ellos aun no se dan cuenta, pero a largo plazo los irán notando. El bebé también, me parece que crece a cada instante. Quizás termine como ellos antes de lo que espero.
Si son inteligentes notarán lo que tienen y sabrán que hacer con ello, mientras dormían les he instalado un mecanismo que debería funcionar para que hagan lo que yo no puedo hacer y si todo va bien, en un tiempo más habrá varios de estos nuevos que he hecho.

Hoy ha sido un día agotador. Creo que mañana no haré nada.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Clandestinos, viviendo a la sombra de los más fuertes.

Estaba toda la familia reunida, era la hora de la cena. Había que aprovechar que hoy había abundante comida. La situación últimamente no estaba muy bien, más bien era algo inestable.
No era que no comieran todos los días, pero a veces había escases de algunas cosas. Se sentaron todos y trataron de tener un rato agradable. Pero claro que, aunque actuaban como si no fuese así, estaban alerta. La comida se desarrollo en calma, sin incidentes. El papá relató su día y cómo había conseguido todo lo que había en la mesa. Los pequeños escuchaban atentos y emocionados. La mamá se encontraba en silencio y reprimiendo una cara de preocupación. Sabía que cada día su marido se arriesgaba para conseguir cosas para toda la familia. El toque de queda era a las ocho y a veces él llegaba pasada esa hora. En la oscuridad, afuera era mucho más peligroso. Había trampas y aunque eran fáciles de detectar y no muy eficaces, constituían un peligro aunque fuera mínimo.
Desde que se encontraban en esa situación, un simple error era mortal. Unos primos de la madre, le habían contado sobre unas cápsulas con tóxicos. Rumores sobre armas químicas ya habían llegado antes, pero ahora era inminente que estaba pasando. Varios habían muerto y otros estaban desaparecidos. Familias enteras habían huido y los vecinos disminuían a cada hora. En un intento de sobrevivir los más cercanos se encontraban con ellos ahora. Por lo mismo encontrar comida era vital, el mercado negro cada vez era más caro, y ya no tenían tanta variedad. Se encontraban vigilados. No tenían seguridad del número exacto. Pero no era como si eso influyera demasiado. Eran más fuertes y aunque fueran inferiores en cantidad, los superaban en agresividad. La familia era astuta y unida, por lo mismo habían logrado sobreponerse a las pérdidas y el hacinamiento. Cada vez se reducía más el espacio, pero ellos seguían aumentando. Tenían a muchos escondidos: vecinos, amigos, viajeros que se quedaban por un tiempo. Familiares que llegaban huyendo de sus destruidas casas. Se habían organizado y contaban con rutas para poder moverse sin ser vistos, pero no era posible conseguir comida a través de los túneles. Para eso era necesario salir.
La mamá se encontraba distraída pensando en todo esto cuando se escuchó un fuerte ruido cerca de la entrada, oyeron chillidos y golpes. Todos reaccionaron parándose de la mesa, y algunos alejándose de la puerta lo más posible. Los mayores se acercaron sigilosamente. En la puerta vieron a uno muerto, no lo conocían, pero seguramente iba a pedir ayuda. Entre las sombras lograron distinguir la mirada insolente, casi satisfecha, del agresor. Era todo, los habían descubierto. El escondite era seguro, pero ya no era secreto. Ahora estarían atentos a cada movimiento, salir ya no era seguro. Sabían que ellos no podían entrar, pero se quedarían en la puerta esperando a que murieran de hambre. Racionaron lo que quedaba de comida. Les alcanzaba para tres días. Al cuarto, ya empezaban a sentir los efectos del encierro y la poca alimentación. Uno de los que se encontraba a cargo se atrevió a asomar la nariz el quinto día, había más de tres asechando, ocultos pero claramente visibles. Era casi una provocación, los retaban a atreverse a salir. Estuvieron todo el día planeando estrategias y pensando en la forma más segura de conseguir comida. Los grandes podían soportar más, pero los jóvenes y más pequeños eran la preocupación de todos.
El día seis en la puerta había un paquete comida. El abuelo se acercó, todos estaban recelosos. Los vigilantes parecían haber desaparecido, aunque sabían que debían andar cerca.
Llevaron el paquete a la mesa, la desconfianza de todos era evidente, ya habían oído cosas sobre comida envenenada aunque esto parecía distinto, y ¿quién habría dejado eso allí? Resistirse era difícil, además todos querían comer. Pero no podían dejarse llevar sólo por sus instintos de supervivencia.
El abuelo lo probó... nada pasó. De inmediato el paquete fue dividido y una parte se repartió a cada uno y poco a poco los estómagos de todos se sintieron llenos.


Afuera un gato saltó al regazo de su dueña, ésta le acaricio la cabeza. Contenta con su desempeño. Hacía una semana el paquete había desaparecido frente a la puerta de la madriguera.

-Ese veneno si que funciono bien. Por fin eliminamos la plaga.

A los pies de la mujer, yace un ratón muerto que el gato encontró cerca del baño. Más aparecerán con el curso de los días.



♥SweeNeY ToDD ♥

Jacki

JacK SpaRRoW

JacK SpaRRoW
jack sparrow dibujado x mi :D

La Sirenita

Wall-E

Sweeney