la Kleñito y yo

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kijiau!

felices fiestas!

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¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!

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Disfruten con sus familias este lindo tiempo :)

happy halloween

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Gatitos negros y brujas en una noche especial

viernes, 30 de diciembre de 2011

Es y no puede dejar de ser

Se llama Linda, y es linda. Tiene trece años y sólo quiere ser igual a sus compañeras, a esa edad la originalidad no es una virtud ni una meta, simplemente es lo último que quieres que te digan, a nadie le interesa ser especial. Ella quiere parecerse a sus compañeras. Toda las noches ruega despertar y ser una más, una del montón. La gente no sabe lo que dice cuando piden ser especiales, diferentes. El problema es que cuando uno quiere ser así, siempre está pensando en una diferencia buena. Ser más bonita, más alta, tener mejor voz… La gente no sabe lo que dice cuando pide ser diferente. Linda es linda, pero también es diferente. Su diferencia no es de las buenas, es una diferencia que la hace rogar por ser como el común de las personas. Su diferencia es aun distinta, porque no es como cuando uno ve a alguien en la calle y le falta una pierna, no es algo de lo que la gente conversa, así que ella puede ir por la vida sin escuchar esos molestos comentarios a sus espaldas. Es mejor porque no la están haciendo sentir mal todo el tiempo. Es peor porque su diferencia esta muy adentro suyo. Es peor porque la más consiente de ella, es Linda.

Ella quiere ser igual a todas, quiere ser confundida con su amiga Lorena. Quiere ser pasada por alto, le gustaría no resaltar en el medio de una multitud, le gustaría que no la hubiesen elegido, a ella, a Linda. Es cierto, dijimos que lo que hace a Linda diferente, no es algo que salte a la vista, pero esa diferencia es la consecuencia de algo en ella. Hay algo atrayente respecto a ella, no estéticamente. Simplemente que cuando hay un grupo de gente reunida, las personas tienden a fijarse mas en ella que en los demás, tiene esa cualidad que la mortifica. Pasa horas analizando su rostro, sus ojos no tiene nada de extraordinarios, su pelo es común, su boca apenas es colorida, su nariz es casi invisible. Pero todo el conjunto parece ser la combinación exacta. La combinación perfecta para atraer desgracias. Si ella tuviera un rasgo diferente, sólo uno. Todo el equilibrio se rompería y se acabaría su maldición. Bueno en realidad no, ya está hecho y es imposible retroceder el tiempo, pero si se pudiera… Ay si se pudiera.

Linda y su diferencia van a todas partes juntas, se diría que casi se sienten a gusto las dos, solas. Porque finalmente son ellas contra los demás, contra esa masa homogénea tan común, pero a la vez tan exclusiva, que testarudamente se ha negado a aceptarlas. Linda y su diferencia conviven día a día, son como amigas, amigas que pelean todo el tiempo. Linda quiere desprenderse de ella. Y ella, ella quiere quedarse, le gusta ser la distinta, le gusta hacer de Linda una niña especial, más bien una mujer.

La difícil etapa por la que pasa Linda, no es algo hormonal, tampoco se trata de algo reciente, esta “cosa” con que anda es un distintivo, se trata de algo con lo que ha peleado por varios años, Linda no quiere esta terrible diferencia, linda no quiere ser especial, no quiere ser mirada con otros ojos, le encantaría –amaría- ser tan aburrida y corriente. Pero la verdad es que a pesar de todo, su vida no es aburrida, es emocionante y se podría hacer una película con ella. Pero quién le pregunto a Linda si quería eso, ¿alguien le propuso hacer una alocada aventura de la que pudo ser una larga y lenta vida, sin resaltos ni sorpresas? Nadie, ese es el problema, nadie le pide su opinión, no se la pidieron entonces y no se la piden ahora, todo pasa muy rápido. Todo avanza sin su permiso, y la gente se arremolina a su alrededor porque ella no es como los demás, la gente no se funde a su lado, la gente se opaca. Se separa y ella queda al medio y sola. Sí, Linda está sola, y no es que sea una ermitaña, lo que pasa es que no se ha podido labrar un lugar. Paradójicamente la gente siempre deja un espacio para ella pero no la incluyen, es un aparte. Porque como ya sabemos, ella no es como toda la gente, y la gente no es como ella. Siempre se dice que somos todos distintos, pero es solo otra forma de decir que somos iguales. No es que no haya otras Lindas por allí con sus mismos problemas, no es eso. Pero cómo puede saber ella dónde encontrarlas, y ser todas iguales sin importar que haya otro grupo de iguales diferentes a ellas, si están justo como se encuentra ella. Tratando de pasar desapercibidas, intentando ignorar su diferencia, ocultando esta circunstancia que las hace distintas. Claro que hay otras lindas, pero esta diferencia es interior y no se ve a simple vista. Podría hablarles. Aunque nadie se atreve a contar esas cosas. La gente por lo general no anda con una tarjeta de presentación que diga: Linda X, diferente.

No, la verdad es que no hay solución, y cuando Linda es consiente de esto es cuando más sola se siente. Cuando se siente menos linda, se siente sucia, usada y triste. Le gustaría cambiar su nombre, hay que decirlo. Si pudiera se llamaría Similar, Ordinaria o incluso No Tan Linda, No Tan Bonita. Fea, a ella le gustaría llamarse Fea. ¿Se fijaría la gente en alguien que se llame Feo? ¿Se imaginaría su mamá que al llamarla con un adjetivo, con ese adjetivo, limitaba su vida a un camino pedregoso y desolado? Por fuera es linda, se llama Linda, pero por dentro es cochina y poco agraciada, por dentro pudo ser todo lo común que hubiese querido, pero no lo fue, no será. Pero sigue siendo Linda, hermosa a la vista de su familia, envidiable en los ojos de sus pares, presumida para las envidiosas, desagradable para las presumidas… Linda, ese es su nombre y es linda pero también es una niña diferente, una niña a la que la cambiaron, una niña que fue, que no es, ahora solo es Linda.

Tiene ese fantasma que la habita, y no es que esté poseída, sólo que hay algo con lo que carga, y ese peso la obliga a andar más lento. Caminando por su terrible vida a paso de tortuga y es cansador. Una vez más Linda se mira en el espejo. Trata de buscar la singularidad. Es paradójico que físicamente sea común y corriente y aun así, sea diferente, totalmente diferente. Linda, la que es linda pero quiere ser fea, quiso ser fea, rogó por ser invisible, está a punto de cumplir sus deseos. Ella va a tomar una decisión que la cambiará para siempre. Alzará su voz y hablara directo a todos, les dirá qué piensa. Los mirará a los ojos y será sincera. Y eso es lo único que puede hacer que la gente lo ignore a uno. Dirá sus problemas. Pero como ella era diferente, en su caso las cosas no fueron así, la gente no la ignoró.

Con sus dedos suplicantes tratará de alcanzar sin éxito las pastillas que están en su mesita, pero lamentablemente la enfermera se dará cuenta a tiempo.

La verdad es que Linda no tiene trece años, ni catorce, hace ya bastante tiempo que vive en una institución para gente como ella, otras Lindas. Es una persona que se quedó estancada en esa edad, tuvo un trauma que nunca pudo superar y por eso sigue reviviendo una y otra vez su triste infancia y preadolescencia, lo más triste es que hace rato que no está sola, hace rato que la acompañan casi puras Lindas, hace rato que ella es como los demás y sólo los encargados son diferentes, sólo los enfermeros son excluidos, sólo los auxiliares son apartados.

Hace bastante tiempo que ella dejó de ser la única y se convirtió en otra del montón. Pero ya no está en su mente como para apreciarlo, y si estuviera seguramente no le parecería tan maravilloso. Linda es la que fue linda y se volvió fea de tanto desearlo, la que quiso ser común y se volvió corriente. La que era linda y ya no lo fue más, pero su nombre sigue allí como haciéndole burla, y seguirá allí recordándole lo que es y no puede dejar de ser.

martes, 27 de diciembre de 2011

La otra versión

¿Qué pasó? ¡¿Qué fue eso?!
Estaba durmiendo tranquilamente, pero de pronto me sobresalté.
Algo pasa. No puedo verlo pero lo se, lo siento. Siento el miedo y eso me asusta más.
Si, algo está pasando afuera y mi mamá está allá... Espero que no le haya pasado nada malo.

Vértigo, siento el suelo que se pierde bajo nosotros. ¡¿Es un temblor, el fin del mundo?! Quiero que, lo que sea que esté causando toda esta inestabilidad, termine lo más luego posible.
Precaución, por alguna razón lo que haya de amenazante allá, aunque no lo vea, se que está allí y debo cuidarme de él.
Todo empieza a calmarse. Aunque no veo nada, aún, se que cuando salga todo estará mejor. Ella me lo dijo, hubo una ligera presión sobre mí y luego una vibración. Un sutil cosquilleo.
Me contó que tuvo que saltar a un muro para que estuviésemos bien los dos...

Es relajante, me gusta. Me encanta el sonido de su voz y el contacto de sus manos. A pesar de que no logra alcanzarme, no sabe lo relajante que resulta la caricia de su voz en todo mi pequeño mundo y el contacto de su mano hace que esa vibración sea más cercana y concentrada.
Ahora se que mi mamá está bien y, probablemente gracias a ella, yo también. Algún día, cuando ya no esté aquí, cuando no recuerde esto, cuando vea las cosas y las entienda de otra manera, ella me contará su versión de la historia...



Dedicado a Catalina Cornejo y Piriguin/Puntito/Ochito/Lenteja



viernes, 2 de diciembre de 2011

Una sensación casi palpable (Memorias de alguien más)


Estoy desesperada, me siento enterrada hasta el cuello en un fango que me aprisiona y me ahoga. No puedo respirar. Lo que dicen de las arenas movedizas es cierto: “Es mejor no luchar porque te hundes más rápido hay que relajarse y quedarse quieto”. Lo que nadie te dice es que quieto sólo haces el proceso más lento por si tienes a alguien cerca que pueda ayudarte, pero si no... No vas a salir a flote y yo estoy sola, calmada, pero completamente sola. Me hundo lenta, casi imperceptiblemente, pero lo hago. Me encuentro en una muda angustia que me consume, una histeria tan silenciosa que casi se puede oír. Si pudiera gritaría, si pudiera yo... Es una insoportable calma tan intranquila, un silencio tan ruidoso, una soledad tan atestada de gente y testigos inútiles. Cuando la gente dice "me llevare el secreto a la tumba" realmente no sabe de lo que habla, porque un secreto puede pesar tanto que te lleva al fondo. Te entierra y este secreto pesa como ninguno, no se si me lo llevaré a la tumba o será el secreto quien me lleve. Estoy agotada, calmadamente agotada, de tener que sonreír, de parecer feliz. Agotada de lucir como si mi vida no tuviera problemas, de no decir nada, ¡agotada de la calma que me enloquece! Este sopor que envuelve mi mente no tarda en corroer mi cuerpo, me sorprende que no haya sucedido aun, me sorprende mi exceso de energía, me sorprendo a mi misma imaginando y deseando un destino terrible para alguien que nunca va a ser castigado por las cosas que hizo y, quién sabe, si seguirá haciendo, yo no seré la que lo delate. Cómo puedes destruir la felicidad de una familia entera, ni siquiera por la tuya propia, si sabes que solo te traerá más dolor a ti también... Aunque tendrás algo de calma, una calma verdadera. Me ahogo, quiero ir a los recuerdos felices de mi infancia pero es tan paradójico que aquellos que ni siquiera están completos sean los que más resalten. ¿Por qué, si apenas puedo recordarlos están tan firmemente enraizados? Por mucho que traté de erradicarlos, de convencerme de que eran sueños, pesadillas, aún son más claros que mi mejor y más completo recuerdo. Cómo puede algo que no recuerdo, algo que no sé si pasó, ser más claro y obvio. Ser tan real y terrible, es dolorosamente cierto y aun no se si es verdad... Como quisiera que no lo fuera. Estoy sola y nadie puede lanzarme una cuerda para liberarme de las arenas fangosas de mi mente que sólo me aprisiona en un borroso e incompleto rompecabezas de memorias que, lamentablemente, a pesar de estar sólo en mi mente sucedieron y son tan reales como yo.

Debajo de una cuidadosa apariencia hay un recuerdo que de cuerdo no tiene nada, no es sensato traerlo al presente ni menos presentarlo a los presentes. Todo está muy bien apilado sobre él y si lo saco de ahí... Lo demás se derrumba, pero se ha vuelto demasiado grande para el lugar que le destiné y no sé qué hacer con él. Tiñe todo a su alrededor y el hedor que destila me enferma, me da nauseas. Quiero vomitar. ¿Cómo fue que todo esto que no es mío se vino encima de mí? ¿Cuándo pasó el pesado tiempo sobre estas páginas rotas de mi memoria? Ahora todo es tan complicado que hace parecer simple el complejo pasado. Y pasará lo mismo en el futuro, si cargo todavía con este fruto podrido. Pienso entonces que ahora es más difícil que ayer y más fácil que mañana, pienso entonces que es mejor hablar ahora que en un mes, pienso entonces que mientras más lo aplazo, más evidente es la descomposición de esta naturaleza muerta que pronto tendrá más vida que yo, Mis manos se llenan de hongos, soportarán los gusanos que vendrán a devorar todo excepto este peso muerto que puede matarme, pero cruelmente se niega a hacerlo; disfrutando de la inmolación que me produce llevarlo. Pienso y vuelvo a pensar, mis manos se llenan de hongos, soportarán los gusanos, mis manos que se aferran a la resbalosa orilla del charco de arenas succionadoras. Me hundo y esto ya le concierne a tantas personas sin que se lo lleguen a imaginar. Me hundo, no me pude desahogar. Respiro profundo y me preparo para sumergirme, tragar la arena, respirar el lodo, enmudecer por algo físico, no hablar nunca más porque no puedes, dejar de tratar y simplemente callar. Será lento, un suplicio. Me saca de quicio, pero cuando tienes algo tan pesado que te arrastrara a ti y a todo el que intente ayudarte hasta el fondo ¿Cómo puedes pedirle a los demás que se hundan contigo?

viernes, 30 de septiembre de 2011

Animal Gregario


Duermo plácidamente, un sueño nada fuera de lo normal. Mis sueños ya no son tan excéntricos como alguna vez. Está fresco y pienso en lo que me espera este día, dormito un poco más, no estoy demasiado consiente de qué es real y qué es parte del mundo onírico que se rehúsa a desaparecer en el albor de la mañana. Mi compañera aun no despierta y no creo que lo haga en un buen rato. Tomo la decisión de imitarla, aun esta muy helado para levantarse, quizás me quede en mi cama más rato el día de hoy.

Me encuentro sobre mullido césped, los rayos del sol acarician mi piel y sólo quiero quedarme ahí por siempre, pero es imposible. Por alguna latente razón debo salir de allí, no me permiten descansar y disfrutar… Hay mariposas por doquier, el escenario es tan primaveral que parece irreal, oigo el trinar de los pájaros y me percato de que hay mucha gente a mi alrededor, todos me sonríen aunque no me hablen, pero tengo claro que si quisieran lo harían, no es como siempre. No me miran de manera desconfiada o con vergüenza, no hay chispas de irritación en sus ojos y tampoco cautela, sólo cálidas miradas, es como si conversáramos sin palabras. Tampoco yo hablo y creo que toda la cosa está allí: si yo quisiera hablar, todos comenzaríamos a verbalizar aquello que se desborda de los ojos. De nuevo la urgencia me acosa y me siento fuera de lugar, tengo que moverme de ese sitio y no logro entender por qué si yo estoy tan a gusto. Quién puede sentirse incomodo en mi presencia si no hay nada distinto en mi. Todos ellos no son más diferentes unos de otros que yo mismo, ¿cómo se explica, entonces, que yo tenga que marginarme de la placentera compañía que disfruto tanto? Pájaros de nuevo, aunque ésta vez suenan más metálicos y hay algo en ellos que me molesta. ¿Serán ellos los que me exilian de mi naturaleza gregaria? Serán estos cantores animales, los que con su plateado gorjeo me incitan a abandonar la compañía de mis pares. Su trino es como una terrible sentencia que he de cumplir contra mi voluntad y sin derecho a reclamo, no hay decisión mía que valga en este dictamen. Así que me dispongo a dejar atrás esas agradables sensaciones que extraño más de lo que me permito asumir, es tan extraño que sean ellos, esos animales los que me fuerzan a irme, cuando normalmente son los que más me aceptan, sin prejuicios, se acercan y me hacen compañía desinteresadamente. Esa duda se planta en mi cabeza, sus raíces se expanden desde mis pies y me quedo allí, no me muevo, no me voy. Los pájaros cantan otra vez, su sonido es cada vez más fuerte y a medida que aumenta el volumen va pareciéndose menos a un canturreo, es más como una campanilla. Se acerca el vibrar metálico pero los pájaros no se han movido, es más, todo esta muy quieto, demasiado. Y puedo ver en la fragilidad de la fantasía que está a punto de romperse, que todo es más hermoso aun de lo que pude alcanzar a apreciar, una sensación pesa sobre el ambiente, se ha descubierto que todo se va a terminar de un segundo a otro. La campanilla resuena fuerte y con eco, ya que se mezcla el sueño con la realidad y una bicicleta pasa veloz por el borde de mi cama, me sobresalto y despierto bruscamente. Antes de que desaparezca en la esquina alcanzo a ver la cara del ciclista que prácticamente uso mi cama de ciclo vía, y ahí está esa mirada otra vez. Un rechazo mezclado con culpabilidad y pobremente oculto en lastima. La mañana está agitada, me recupero del despertar y, por qué no decirlo, del dormir también. Unos pocos rescoldos del sueño reciente, se cuelan en mi cabeza, negándose a abandonarme ahora que el pobre sol de invierno juguetea con las oscuras nubes. El dolor de espalda se encarga de espantarlos, la seductora idea de mi sueño no puede luchar con la concreta realidad. Está allí, es palpable, tan fría y dura como el cemento con que está hecha la vereda que hace las veces de mi colchón. Un perro amistoso se acerca meneando su cola. Se acomoda entre mi frazada, ofreciéndome su cálido cuerpo para pasar este día. Soy un animal gregario y no desprecio la compañía.



miércoles, 18 de mayo de 2011

El Viejo de Otro Tiempo


Antes todos iban a verlo, era feliz aunque vivía ocupado. Sus manos, asperas de tanto trabajar con ellas, eran su orgullo, y los más cercanos sabían que, a pesar de la fuerza que tenían, podían ser delicadas y dar consuelo. Su taller siempre estaba repleto y nadie nunca lo vio sentado sin saber que hacer, de ocioso. Nunca de sus labios salio un no por respuesta, siempre decía que había que ver lo que se podía hacer, nunca dijo estar cansado ni ocupado, aunque siempre lo estuviera. El hacía lo que tenia que hacer. Aun cuando la gente reclamaba que las cosas fallaban, era bueno tenerlo a él para arreglarlas.
Un día, la gente dejó de mandar a arreglar sus cosas, ya sea porque no se habían estropeado, o simplemente porque en vez de hacerlo, las botaban y compraban nuevas. Él lentamente se fue quedando rezagado, como una parte de la vida de las personas que había sido hace mucho, pero ya no más. Parte de una cultura que se fue extinguiendo, y las nuevas generaciones; acostumbradas a lo desechable pronto no supieron siquiera que el había existido, los que lo recordaban ya no iban a verlo y se quedo solo y sin trabajo.
Un día, años mas tarde, lo encontraron. Sentado en su mesita de trabajo, con sus herramientas limpias y ordenadas, los cachureos organizados, las repisas y estantes casi vacíos, dispuestos para las cosas que llegarían pero que nunca llegaron. Su Ropa en perfectas condiciones, el pelo peinado... muerto, sólo el polvo delata el paso del tiempo en aquel micro clima de una época pasada y olvidada. Nadie de los que lo encontraron sabía quién era él, ni qué hacía.
Nadie lo recordaba.

lunes, 16 de mayo de 2011

Infiltrada


Una vez hubo una escuela de teatro que se decía estaba encantada, por las noches el nochero juraba oír sonidos, algunos afirmaban haber visto sombras, otros aseguraban que eran las monjas que penaban, ya que el edificio había sido un convento. Lo cierto es que de noche alguien andaba merodeando por los pasillos y desaparecía en el tumulto del día.

Las 22:48... Todavía no se van. La semana pasada, se fueron temprano casi todos los días, pero esta ya es segunda vez que son más de las nueve y siguen aquí.

Son las 7:30 de la mañana, llegó alguien ya, tuve que inventar que llegué muy temprano y aproveché de descansar en el sillón. Parece que me creyó.

Hoy estoy hecha polvo, lo único que quiero es que este día termine pronto, la universidad está casi vacía, me fui a la sala, me preparo para acostarme: de repente siento ruido, llega gente y se instalan a conversar, me hago la loca. Como si estuviese haciendo hora para algo, lo que sea. Al poco rato ya se olvidaron de que estoy allí.
!Más gente! !¿es que acaso no tienen vida, no quieren irse a sus casas a descansar?! yo no puedo ir a otra parte, pero si les digo algo me delataré... Me he puesto muy irritable por las pocas horas de sueño, además ese sofá no es TAN cómodo.

23:30 al fin se desocupó la sala, mañana la mayoría entra después de las 12:00, dormiré hasta tarde. Ojala a nadie se le ocurra llegar temprano a ensayar, espero que el nochero no se venga a dar una vuelta, no quiero más problemas...

Dedicada a Rodrigo Vera :) inspirada en... La W@$#&

domingo, 15 de mayo de 2011

Maltrato


Por qué no me dejan tranquila?? no les basta todo lo que YA han hecho?? cómo es posible que sigan haciéndome daño, no creo que sea tan mala para merecer todos los castigos que he sufrido, yo que he sido tan generosa... les ofrecí todo lo que tengo y me saquearon. Me gustaría llorar, pero pronto no voy a poder, estoy secándome desde adentro y aun así siguen pidiendo, NO, ni siquiera piden: demandan. Quieren perforarme, hacerme marcas, raparme, ensuciarme, intoxicarme... No se dan cuenta que no es sólo por mi; si viven en mi gran cuerpo, qué creen que pasará cuando yo muera, dónde piensan vivir, o planean seguir alimentándose de mi muerto cadáver? Bueno, no sería el primer cadáver que comen... Pero sólo les repito, cuando yo muera, no lo haré sola: cuando yo muera mi estéril cadáver contaminara todo y sera el FIN.



lunes, 2 de mayo de 2011

El umbral


Al principio la puerta apenas estaba abierta, un pequeño resquicio por el que algo de aire de filtraba, el suficiente para recordarle lo que había afuera. Todos pensaban que ella ya no se acordaba de nada, pero en realidad estaba muy consiente. Sabía que esa puerta se debería haber abierto hace mucho, pero por alguna razón continuaba cerrada día tras día, año tras año. Pero ahora se comenzaba abrir y a medida que avanzaba el mes, esa rendija de aire y luz que se colaba a la pieza se hacia mas grande cada vez. Al contrario de lo que todos pensaran, ella entendía muy bien lo que significaba y probablemente era la única. Estaba claro que algo había cambiado, eso era algo que se podía notar desde cualquier ángulo, no era sólo esa puerta que se iba abriendo poco a poco, sino las consecuencias que traía consigo. El aire era cada vez mas fuerte y se hacia imposible no querer respirarlo mas libremente, insoportable no ir a disfrutar de él. Después de un tiempo tan largo con aquella puerta bien cerrada, casi había olvidado que debía abrirse y aunque al verla semi junta debería haberlo entendido de inmediato, no pudo evitar asustarse. El aire sucio que estaba respirando ya era usual y se había acostumbrado a la penumbra. Pero siempre debe llegar un cambio para que las cosas puedan mejorar. Así lo vio después de un tiempo. Y cuando la puerta estaba completamente abierta ya no se asustó, supo que así debía ser. Supo que todo estaría mejor y sin bacilar se puso de pie y pasó a través del umbral. Solo miro hacia atrás una vez, para comprobar que este era un sitio mucho mas cómodo, y que no había estado equivocada, ahora todos sabían lo que en un principio era su secreto, la puerta había sido abierta y atravesada y ahora el nuevo aire, el fresco aire alcanzaba incluso a inundar un poco su antigua habitación. Esta nueva luz pura y refrescante se colaba por todos lados haciendo mas bellas las cosas, y casi no la dejaba ver lo que estaba abandonando, pero era placentero. La sensación de poder estirar sus piernas, sentir el peso de su cuerpo en sus pies otra vez era magnífica, incomparable. El viento agitaba su pelo como no lo había sentido nunca, era casi una caricia y esa luz que manchaba todo, abrigaba el cuerpo como un abrazo.

Me parece que podría volver a entrar, cerrar la puerta, ponerle pestillo y olvidar que estuve allí... Si podría, pero presiento que sería tan doloroso, una punzada de miedo me invade apenas un segundo, entonces mas fuerte que nunca todo lo que esta a mi alrededor me conforta, casi como una disculpa por el descuido. Se, entonces, que debo seguir hacia adelante o dónde sea. Ya no sé que es arriba, que es abajo, que es atrás y adelante, sólo se que la espera terminó, la interminable cuenta se acabo al fin y ya puedo olvidar los números y las demás cosas inútiles, los dolores y sufrimientos de todo tipo, con el tiempo los demás también se sentirán mejor, así lo espero y lo se de alguna manera. Pero olvido algo, ya que me retiro debo cerrar después de mi. Esa puerta no debe volver a abrirse en un tiempo y ni un poco de viento revolucionador debe escaparse al interior de la vieja habitación, puede tentar antes de tiempo a aquellos que quedan atrás. Ya se abrirá cuando sea el tiempo. Entonces cierro y luego todo es avanzar, no puedo ver mi cuerpo y no se si está ahí, pero de estar se que tendría en mi rostro la más grande de las sonrisas...


Dedicado a Margarita Miguelina Araneda Contreras 1909 -2011 mi centenaria abuelita que se ganó a todos con su carisma y espontaneidad. Espero que ahora estés en un lugar mejor
.

martes, 22 de marzo de 2011

la mosca

Hay una mosca que anda volando bajo. Esta vigilando a las pobres hormigas que andan escabulléndose por donde pueden. Las calles están casi vacías. Las hormigas temen ese zumbido habitual que las persigue en sueños y despiertas, el zumbido de aquel grotesco mosco que asocian con la muerte. Ese gran mosco que las buscará hasta encontrarlas sólo para hacerlas desaparecer.


Hace varios años que la mosca no vuela con el mismo propósito, pero hay hormigas que aun recuerdan como era antes, hormigas que aun temen, hormigas que aun cuando oyen ese vibrar desagradable se ponen nerviosas y piensan en la muerte. Algunos mosquitos las llaman exageradas, pero no saben que si no fuera por esas hormigas de buena memoria, todos habrían olvidado los horrores que alguna vez se cometieron. Horrores que se pueden volver a repetir si no somos consientes de nuestro pasado. Porque en algún lugar hay otros insectos que gustosamente mandarían a una gran mosca para vigilar y sembrar el miedo que los ayude a controlar a las numerosas hormigas, a la Plaga de Hormigas.

En el cielo anda una mosca, anda volando bajo. Quién sabe si está vigilando...




lunes, 21 de marzo de 2011

Magia


Una brisa se levantó de la nada, removiendo las hojas que había en el suelo. Los árboles fueron sutilmente sacudidos y en el aire se percibió un dejo de aroma agradable por pocos segundos.
Un cascabel resuena mientras camino; me detengo, curiosa. Nada. Sigo caminando y vuelven a mí los ecos del sonido. Me quedo quieta, agudizo el oído, no oigo nada más que el rumor habitual de los autos que pasan a mi lado por la calle, renuevo mi caminata y ahí está, el tintineante y característico sonido de un cascabel haciendo juego con el clin clin de mi propio colgante al moverme. Miro a mí alrededor, es la segunda vez que lo hago para cerciorarme de que no hay nadie ni nada en la desierta calle, a estas horas la gente ya se ha ido a dormir y los autos que aun se mueven incesantes por el concreto, parecen fuera de lugar. Hay tanta calma en las veredas y tanto movimiento en el pavimento. De pronto hasta los autos dejan de pasar y una cierta armonía se adueña del paisaje por unos momentos, me encuentro alerta y quizás con algo de sospecha, mi sorpresa crece cuando al posar mi mirada en la vereda de al frente, veo a un gato sentado viendo fijamente un punto a la izquierda de mi. Estoy casi segura que hace un minuto no estaba allí, casi podría asegurar que no estaba hace un segundo... casi. Me intriga su postura erguida y tan serena, se podría incluso decir majestuosa. Hay demasiada seriedad en ese animal, una mirada cargada de significados, me intriga que pueda ver tanto en una "mascota", pero este animal tiene algo, es mas que solo un gato. Su mirada se desvía y me queda viendo a los ojos. La sensación que experimento es apenas descriptible. El viendo insolente se yergue más fuerte esta vez, me recorre un escalofrío. Antes de que pueda seguir analizando a este extraordinario ser, un auto se interpone en mi campo visual, apenas pasa vuelvo a buscarlo con la vista. Se ha ido...
El flujo de vehículos ha aumentado nuevamente.
Continuo mi camino, pero con un nuevo sentimiento. En el lugar en donde aquel misterioso gato posó su mirada de forma tan segura, hay una pequeña hoja, un brote que comienza a emerger lentamente por entre una grieta de la vereda buscando algo de sol o la luz de la luna. Es frágil pero crecerá más.
Mañana será un buen día lo presiento, y me voy a mi hogar sabiendo que acabo de presenciar una especie de magia.

domingo, 23 de enero de 2011

¡EMERGENCIA!

hoy desperté, no de manera natural, sino sobresaltada y alerta. Ya era común este último tiempo, era otra evacuación. Alguien había sonado la alarma y todos debíamos salir ya, aun me encontraba desorientada, sin saber exactamente qué hora era, pero lo único que ahora importaba era salir lo más pronto, la familia entera si era posible. Lamentablemente, eso era casi imposible, tan pronto como la alarma era activada, prácticamente asumíamos que nos veríamos diezmados. Suena cruel y frío quizás, pero es nuestra realidad. Una a la que, a través de nuestras cortas y frágiles vidas, nos hemos acostumbrado.
Mis hermanas corrían, algunas a mi lado, otras detrás. No lograba verlas a todas, sólo podía esperar y rogar por que las demás estuvieran más adelante.
Luego de recorrer largos pasadizos y pasar por incontables salas abandonadas me puse a pensar en lo inevitable, ahora estábamos abandonados a nuestra suerte, en la calle. No teníamos casa... otra vez. Y es cierto que desde que tengo memoria me han "entrenado" para este tipo de casos, que suceden más veces de las que nos gustaría creer. Pero también hay que decir que uno nunca esta realmente preparado, claro tiene todo listo para evacuar de una manera calmada, dentro de lo que se puede, y organizar las cosas una vez perdido... TODO. Pero ¿Alguien está alguna vez en la vida preparado para ver esto?

Cuando alcancé la salida, noté por qué la mayoría se había desviado a la de emergencia, la nube tóxica estuvo a escasa distancia y fue apenas soportable, los que llegaron a atravesarla... bueno aquellos ya no importan y es mejor olvidarlos, solo resta decir que nunca saldrán de la que fue su casa. Cambio de opinión, espero que el resto de mis hermanas venga más atrás y logre salir a tiempo.

Ya estamos fuera la gran mayoría, el olor es inconfundible, insoportable, un olor que tristemente es muy conocido para mi una mezcla de ácido y picante. La catástrofe es peor de lo que imaginaba. miles de muertos se encuentran esparcidos por todos lados, cientos de heridos, millones sin hogar. Eso sin hacer el conteo oficial, a simple vista salta la cruda verdad. Lo mejor será que no me asome por la antigua salida, prefiero no ver, prefiero no saber, prefiero no reconocer a nadie. Aun no.

Un grupo de 20 exploradoras han sido enviadas a investigar el resto del lugar, para buscar un nuevo refugio temporal, mientras se construye la nueva casa. Podríamos tardar días.
Los damnificados nos hemos dividido en grupos, para evitar que nos delate nuestro número.
Las patrullas tardarán en volver, quizás debamos pasar la noche en el exterior, expuestas.
El ambiente, además de estar tenso y cargado de dolor, sigue sintiéndose algo contaminado. El aire está pesado y por donde mire veo escombros de mi... de la que fue mi casa.

La aparente calma ha sido interrumpida y la gente se vuelve inquieta, algunos hablan de información reciente. Al parecer el grupo explorador ha enviado señales, pueden haber encontrado algo.

Nuevas instrucciones:

-Se conformaran comisiones, la primera -formada por tres grupos- deberá recorrer los perímetros en busca de provisiones, todo lo que sea comestible será agrupado y llevado al refugio temporal. La segunda -otros dos grupos- debe recorrer cada rincón del albergue y buscar cualquier indicio de manipulación externa, y la tercera -y última, conformada por cuatro pequeños pero eficientes grupos- que deberá hacer el conteo oficial.
-Mientras estos procedimientos son completados, la patrulla de salud y epidemias saldrá, preparados para buscar sobrevivientes que serán puestos en observación en el modulo de cuarentena. Los cadáveres se reunirán y enterrarán, como merecen.
-cada miembro de la gran familia sera controlado al entrar y salir del albergue y todos seremos sometidos a una desintoxicación masiva. Si alguno llega a entrar con tóxicos nos veremos reducidos casi sin remedio, después de las ultimas catástrofes, no nos podemos dar el lujo de arriesgarnos.
-Una vez listo el refugio y las normas de seguridad, se hará una maniobra de carácter confidencial y con las mayores precauciones para trasladar a la Reina.
Y por ultimo, la instrucción que siempre se nos da en estos casos: Si esto llega a fracasar la colonia se vera en extremo peligro y habrá que actuar según ese caso especifico.

Una vez oídas y comprendidas todas las instrucciones, lo que no lleva mucho tiempo ya que son puramente lógicas, las comisiones parten a hacer sus respectivos trabajos. Las que quedamos debemos cuidar de las mas débiles... las que quedan. Esta demás decir que la camada entera se vio afectada con el procedimiento, o más bien, con lo que ocasionó la masiva evacuación. Por supuesto que siempre se da prioridad a las recién nacidas, después de La Reina, pero ellas son mas delicadas y nunca logran sobreponerse todas a una de estas emergencias.
Yo trabajo en la maternidad en tiempos normales, pero en estos casos son otras las encargadas de sacarlas y proporcionarles los cuidados necesarios en una situación tan crucial.

Todo el procedimiento llevó alrededor de quince minutos, lo que es una eternidad, pero considerando el holocausto que acababa de tener lugar. Ya podíamos calificarlo así, la última comisión, encargada de los números, ya había terminado el conteo y las pérdidas eran peor de lo que pensábamos. La falta de algunas ya era más que notoria.

Las obreras ya trabajaban en el hormiguero nuevo desde antes que siquiera pudiéramos pensar en él. Si de algo me enorgullecía, era de lo eficientes que podíamos ser. Y lo mejor era ver lo positivo en estos momentos, de otra forma era mejor ir directo a los insecticidas de aquella enorme casa. Que a pesar de ser tan grande, no era suficientes para albergar a dos especies distintas. Dos especies que podían tener una que otra cosa en común, pero ellos no eran capaces de compartir un pequeño espacio con nosotras.

A media hora del fatídico incidente nos enteramos, por rumores, de que habíamos sido delatadas por inexpertas compañeras que nos pusieron en evidencia, saliendo fuera de horarios y dejando huellas claras de nuestras recolecciones, y las entradas al antiguo hormiguero...
Fue un golpe bajo, pero en estos momentos lo único peor que esta catástrofe, es una división interna.
Los tiempos sí eran más fáciles antes, mucho antes de estas peleas territoriales.




sábado, 22 de enero de 2011

Raíces



"Los árboles parecen quietos y solitarios"
Un Día caminando con mi hermana y hablando sobre lo triste que sería ser un árbol solitario y no poder ir a abrazar a otro, me di cuenta de lo equivocadas que ambas estábamos.
Los árboles no están solos, ni menos incomunicados entre ellos. Debajo de nosotros hay más vida de la que imaginamos y mientras no miramos, los árboles se están dando las manos. Las raíces, que crecen infinitas y tan fuertes que pueden levantar la tierra y el pavimento que parece aprisionarlas, se mueven constantemente, cómplices y sabedoras del secreto que deben guardar. Sus ocultos amoríos a veces son tan apasionados, que no logran mantener el bajo perfil, haciendo que salga a la luz la verdad, a veces incluso, interrumpiendo el camino de los ignorantes transeúntes que pasean sin siquiera sospechar las aventuras que ocurren a oscuras bajo tierra. Relaciones bien enraizadas, literalmente, que han durado años y años, que llevan ahí más tiempo del que podríamos imaginar, relaciones que desafían las distancias, que desafían los obstáculos que nosotros mismos les ponemos sin importarnos quien llegó primero, sin importar cuánto dificultamos que los árboles puedan acompañarse en sus largas y aparentemente estáticas vidas, compañía que sólo necesita de un simple contacto para confirmarse.
Finalmente, lo que vemos nosotros es apenas una pequeña parte de estos gigantes ancianos de la tierra. Probablemente lo que sabemos sobre ellos es así de pequeño también.

viernes, 7 de enero de 2011

Un trabajo más.


Hoy le tocaba trabajar; sabía que se cansaría, se ahogaría, se aburriría. Desde que se vendió debía hacer esto 3 veces por semana, pero los horarios eran extenuantes. No podía creer que hubiese gente que se quejara por estar en un cubículo por 10 horas, ella tenía que estar allí por una monstruosa jornada sin poder moverse ni salir al baño o a cualquier otra necesidad física.
Todo esto no habría sido posible en otra época, pero desde el momento en que se empezó a cobrar por todo, y en serio hablo de TODO, esto era solo cosa de tiempo...
Hablar todo el tiempo era agotador, y ya estaba más que aburrida de oír los insultos que le dirigían indirectamente la mayoría de las personas a las que atendía: indirectos no porque los lanzaran de manera encubierta, sino porque ellos no sabían que ella podía escucharlos. Si, esa era la realidad. Nadie sabía de su existencia y esto no es un cliché sobre que el mundo la ignoraba. Realmente los clientes no tenían la menor idea de que ella estaba allí atendiéndolos, además de los que la contrataran, nadie sabía que aquel trabajo lo hacia ella, un ser humano... o lo que quedaba de uno. Encerrada en aquella mínima caja negra, que se asemejaba más que nada a un ataúd de pie, Carmen fue más consiente que nunca de lo terrible de su situación. La revolución industrial no era lo que todos creían, no para ella. Tan pronto como aparecieron las máquinas para "remplazar" a los obreros, hubo que conseguir nuevo personal que operara esas máquinas infernales, pero ya no como antes. Los trabajadores se ocultaban dentro de ellas, simulando ser un mecanismo sin mayor inteligencia diseñado para hacer el trabajo que nadie querría, pero que era necesario para un mundo ordenado y organizado. Y allí estaba ella, en la oscuridad de una máquina para cobrar el estacionamiento. No tuvo mucho tiempo para seguir analizando, un nuevo cliente apareció en su oculta visión y tuvo que entregarle, como siempre, el ticket y explicarle brevemente, usando la voz menos expresiva posible. Al final, lo que menos tenía que hacer en ese trabajo era pensar. La costumbre reemplazaba a su cerebro y la hacía actuar por inercia, entregar tickets por montones a cada minuto del largo día. Si, se podía decir que las máquinas existían. Lo triste era que alguna vez habían sido personas. Esa noche, cuando finalmente quitaron el seguro que impedía su salida, Carmen emergió de su hacinamiento temporal incómoda y trastabillando. El espacio libre la hacía sentirse extraña y fuera de lugar. Y en el frío de la noche tuvo la seguridad, que así como ella, había muchas personas más en trabajos ridículos, pero tristemente necesarios, viviendo en el anonimato e ignorados por los millones de clientes que pasaban a su lado sin siquiera mirarlos. Personas, que como ella, trabajaban hasta ya no poder, sin recibir más retribución que un apretado e insultante sueldo. Personas que como ella, iban perdiendo día a día, minuto a minuto, su humanidad. Transformándose lenta y dolorosamente en seres mecánicos, en la maquinaria del mundo.









♥SweeNeY ToDD ♥

Jacki

JacK SpaRRoW

JacK SpaRRoW
jack sparrow dibujado x mi :D

La Sirenita

Wall-E

Sweeney