la Kleñito y yo

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felices fiestas!

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¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!

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Disfruten con sus familias este lindo tiempo :)

happy halloween

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Gatitos negros y brujas en una noche especial

sábado, 4 de diciembre de 2010

Clandestinos, viviendo a la sombra de los más fuertes.

Estaba toda la familia reunida, era la hora de la cena. Había que aprovechar que hoy había abundante comida. La situación últimamente no estaba muy bien, más bien era algo inestable.
No era que no comieran todos los días, pero a veces había escases de algunas cosas. Se sentaron todos y trataron de tener un rato agradable. Pero claro que, aunque actuaban como si no fuese así, estaban alerta. La comida se desarrollo en calma, sin incidentes. El papá relató su día y cómo había conseguido todo lo que había en la mesa. Los pequeños escuchaban atentos y emocionados. La mamá se encontraba en silencio y reprimiendo una cara de preocupación. Sabía que cada día su marido se arriesgaba para conseguir cosas para toda la familia. El toque de queda era a las ocho y a veces él llegaba pasada esa hora. En la oscuridad, afuera era mucho más peligroso. Había trampas y aunque eran fáciles de detectar y no muy eficaces, constituían un peligro aunque fuera mínimo.
Desde que se encontraban en esa situación, un simple error era mortal. Unos primos de la madre, le habían contado sobre unas cápsulas con tóxicos. Rumores sobre armas químicas ya habían llegado antes, pero ahora era inminente que estaba pasando. Varios habían muerto y otros estaban desaparecidos. Familias enteras habían huido y los vecinos disminuían a cada hora. En un intento de sobrevivir los más cercanos se encontraban con ellos ahora. Por lo mismo encontrar comida era vital, el mercado negro cada vez era más caro, y ya no tenían tanta variedad. Se encontraban vigilados. No tenían seguridad del número exacto. Pero no era como si eso influyera demasiado. Eran más fuertes y aunque fueran inferiores en cantidad, los superaban en agresividad. La familia era astuta y unida, por lo mismo habían logrado sobreponerse a las pérdidas y el hacinamiento. Cada vez se reducía más el espacio, pero ellos seguían aumentando. Tenían a muchos escondidos: vecinos, amigos, viajeros que se quedaban por un tiempo. Familiares que llegaban huyendo de sus destruidas casas. Se habían organizado y contaban con rutas para poder moverse sin ser vistos, pero no era posible conseguir comida a través de los túneles. Para eso era necesario salir.
La mamá se encontraba distraída pensando en todo esto cuando se escuchó un fuerte ruido cerca de la entrada, oyeron chillidos y golpes. Todos reaccionaron parándose de la mesa, y algunos alejándose de la puerta lo más posible. Los mayores se acercaron sigilosamente. En la puerta vieron a uno muerto, no lo conocían, pero seguramente iba a pedir ayuda. Entre las sombras lograron distinguir la mirada insolente, casi satisfecha, del agresor. Era todo, los habían descubierto. El escondite era seguro, pero ya no era secreto. Ahora estarían atentos a cada movimiento, salir ya no era seguro. Sabían que ellos no podían entrar, pero se quedarían en la puerta esperando a que murieran de hambre. Racionaron lo que quedaba de comida. Les alcanzaba para tres días. Al cuarto, ya empezaban a sentir los efectos del encierro y la poca alimentación. Uno de los que se encontraba a cargo se atrevió a asomar la nariz el quinto día, había más de tres asechando, ocultos pero claramente visibles. Era casi una provocación, los retaban a atreverse a salir. Estuvieron todo el día planeando estrategias y pensando en la forma más segura de conseguir comida. Los grandes podían soportar más, pero los jóvenes y más pequeños eran la preocupación de todos.
El día seis en la puerta había un paquete comida. El abuelo se acercó, todos estaban recelosos. Los vigilantes parecían haber desaparecido, aunque sabían que debían andar cerca.
Llevaron el paquete a la mesa, la desconfianza de todos era evidente, ya habían oído cosas sobre comida envenenada aunque esto parecía distinto, y ¿quién habría dejado eso allí? Resistirse era difícil, además todos querían comer. Pero no podían dejarse llevar sólo por sus instintos de supervivencia.
El abuelo lo probó... nada pasó. De inmediato el paquete fue dividido y una parte se repartió a cada uno y poco a poco los estómagos de todos se sintieron llenos.


Afuera un gato saltó al regazo de su dueña, ésta le acaricio la cabeza. Contenta con su desempeño. Hacía una semana el paquete había desaparecido frente a la puerta de la madriguera.

-Ese veneno si que funciono bien. Por fin eliminamos la plaga.

A los pies de la mujer, yace un ratón muerto que el gato encontró cerca del baño. Más aparecerán con el curso de los días.



3 comentarios:

lunita dijo...

uuu que penitaaaa! primero pense que era como en el holocausto o algo asi, despues me imagine algo como harry potter en los tiempos del señor tenebroso, una familia como la de los Weasley xD pobres ratoncitos :( pero esta muuuy bien escrito ^^ me gusto muchoo!

aldo dijo...

Muy bueno...teniendo vivencias del golpazo, me imaginé una orientación politica pero...era de orientación gato-ratuna. Felicitaciones.

Unknown dijo...

muy bueno, me sorprendió el final... no pense q fueran ratones... viendolo desde la perspectiva de ellos da mucha pena, pero a uno como humano no le gustan esos animalejos, pero si pensamos son seres vivos igual y tienen familia... pobrecitos.

♥SweeNeY ToDD ♥

Jacki

JacK SpaRRoW

JacK SpaRRoW
jack sparrow dibujado x mi :D

La Sirenita

Wall-E

Sweeney